lunes, 24 de junio de 2013

Cosas salvajes

El concepto de "salvaje" va cambiando de significado con el paso de los años. 

El otro día la cuchipandi iba a hacer algo salvaje, la gran locura del verano. Y contaban conmigo. En un primer momento me asusté un poco aunque mis amigos no han sido nunca de excentricidades que te pueden hacer acabar la noche en una comisaría. Ni tampoco me los imagino haciendo deportes de riesgo.

Lo salvaje y loco que me propusieron fue estar en la playa hasta la caída del sol y, entonces comer unos pollos asados, eso sí... con las manos, acompañados con cava. Este, por supuesto, servido en copas de cristal.

No he visto yo un programa de al filo de lo imposible con una actividad tan salvaje y arriesgada. 

Al final la climatología impidió tal hazaña, ya que el viento que se levantó en la playa al caer la tarde nos hubiera hecho comer el pollo rebozado, pero de arena. 

La aventura terminó en casa de M&P, en su fabulosa terraza frente al mar. Bebiendo cava y comiendo pollo con las manos.

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