lunes, 18 de agosto de 2014

Venecia sin mi

Hoy la tecnología no ha estado de mi parte y las redes wifi se escondían a su paso. Se que iba camino  de Venecia y no puedo evitar imaginarlo en un romántico paseo pos sus canales. Recorriendo sus estrechas calles, pasando cada puente sobre los canales, paseando en gondola bajo el puente Rialto por delante de esos magníficos palacios que nos trasladan a otra época, para terminar con un café en la plaza de San Marcos.

Que profunda emoción en Venecia... sin mí.

domingo, 17 de agosto de 2014

A media luz

Después de la cena con el fresquito de la terraza, he cogido el coche (las llaves estaban en el fondo del bolso, que no es el fondo del mar pero cuesta lo mismo encontrarlas) pues, como decía, he cogido el coche y he puesto la calefaccion! Un dia no se cuantos de agosto. No se en que dia vivo.

Al llegar a casa me encuentro el salón con menos luz que en la terraza en la que había cenado. De los cinco halógenos ya hace años que uno no iba ni a la de tres. Justo antes de salir a cenar ha muerto otro de los halógenos, pero al volver a casa, como si se tratara de una epidemia, había caído otro. Ahora que caigo igual tiene algo que ver con la obsolescencia programada... 

Bueno, a lo que iba. Con el salón a media luz como el tango, he decidido buscar los halógenos de repuesto que perdi hace tiempo y ¡eureka! Han aparecido. El caso es que estos eran para poner sin transformador. ¿Que se hace en estos casos a las doce y media de la noche? Una persona normal apagaría la luz o lo que queda de ella y se iría a dormir. Pero yo que soy más rara que un perro verde me he puesto como una loca a quitar transformadores y cambiar halógenos. 

Ahora tengo el salon mas iluminado que nunca aunque  creo que mañana tendre agujetas en los hombros de estar trabajando en el techo, y en las piernas de tanto subir y bajar la escalera.

sábado, 16 de agosto de 2014

Principio y fin

Ayer empezaron sus vacaciones y ya le echo de menos. No sé porqué, porque nunca está conmigo. Me gusta sentir, más bien imaginar, que hay alguien pendiente de mi, preocupado por hacerme feliz, en definitiva, alguien que me quiere. Ya sé que es pedir demasiado, pero soñar no cuesta nada. 

Ahora que está de vacaciones siento una gran tristeza por no ser yo la que está con él. Así que, para no sentirme tan sola, he pensado escribir todas esas tonterias de las que le hablaría si estuviera aquí. Cosas sin importancia, cosas que no esperan respuesta, cosas que se dicen por decir... Hablar para saber que no estamos solos.

Esto puede ser el principio de algo. Esta mañana he recogido todas sus cosas y las he guardado en la misma bolsa en las que me las dio. El disco duro, la camara de fotos, el adaptador del ipad... Me engañaba diciendo que usarlas me recordarían más a él, y tal vez sea así. En el fondo me da rabia pensar que trata de compensar con cuatro chorradas materiales el tiempo que no puede estar conmigo.

Debo admitir que se ha tomado su tiempo para copiarme toda la música y las películas (que no creo que llegue a ver nunca) en el disco duro. Y que un poquito si me quiere. Pero eso no cambia las cosas. Yo seguiré pasando mis vacaciones sola y él no.

Esto no está resultando como esperaba. Solo me salen reproches y es lo último que quería. 
Mejor lo dejo para otro día.

jueves, 14 de agosto de 2014

Todo y nada


Yo no pedía tanto y tu no me diste nada.
Y la historia se repite.