viernes, 12 de agosto de 2016

El café

La vida es rutina. Es como ese día de la marmota... todos los días se repite el mismo ritual. Voy en coche al trabajo y ya no me fijo ni las calles por las que paso. Después busco un sitio donde aparcar, ahora en agosto es fácil, todo el mundo está de vacaciones y las calles están desiertas. Solo deben quedar los conductores más torpes que circulan con una lentitud exasperante a esas horas de la mañana.

Como todas las mañanas, antes de entrar a trabajar, entro en el café de la esquina y pido uno solo. Así de sencillo. Ni siquiera lo pido con sacarina, porque ya hay sobre la barra unos boles con sacarina y azúcar de todo tipo. Solo hay que cambiar el sobrecito correspondiente.

Hoy, como otras mañanas, mientras tomo mi café ha entrado esa mujer, con su propia rutina a pedir lo de siempre... un café solo descafeinado largo con hielo en vaso alto. Creo que no se puede hacer mas complicado.

Me he quedado mirando mi café, dando vueltas con la cucharilla para disolver la sacarina. Así, simple. Para complicaciones ya tengo bastantes en la vida.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Una furtiva lágrima

Las cosas no siempre salen como imaginamos. Esa historia de que algo que haces durante tres semanas, que con solo 21 días, se convierte en un hábito puede verse truncado por una tendinitis que te impide andar durante tres semanas.

Adios a mi proyecto de correr, llevar dieta y perder kilos.

A pesar de ir con una muleta, eso no estropeó mis vacaciones de septiembre. Los días en la playa con la cuchipandi no estuvieron mal del todo... Pero yo seguía siendo la nota discordante del grupo al no tener pareja. Echaba de menos en esos momentos a S.C. más que nunca y tal vez por eso al volver deseaba verle. En el momento que él me dijo ven, yo lo dejé todo.

Este fin de semana he vuelto junto al mar. Pero en esta ocasión ni la tecnología nos mantuvo unidos. Por más que miraba mi iphone a cada minuto no aparecía ningun mensaje nuevo. Al menos de él. Y el tiempo desde su última conexión iba aumentando. Despues de cinco horas aparecía un temdm mientras se había pasado todo el dia dejando comentarios en sus grupos de amigos del facebook.

Hoy al volver, cuando le envié mi ubicación llegando a casa esperaba otra respuesta. Sabía que no iba a salir corriendo a verme, pero yo necesitaba alguna muestra de cariño, saber que significo algo para él. Otra vez me siento una basura.

Y otra vez ponian en la tele Match Point, y otra vez surgió una furtiva lágrima.

lunes, 17 de agosto de 2015

Empezar en lunes

El lunes parece un buen día para empezar algo. Hoy podía ser ese día que cambiara todo y empezara una nueva vida, pero solo va a ser el día que comience de nuevo la dieta.

Después del fin de semana con la cuchipandi me he vuelto a sentir como alguien inferior y molesto. Alguien a quien se invita a las reuniones de amigos porque algún día, en algún mal momento, alguien incluyó en el grupo de whatsapp. Y te das cuenta que esa reunión es una de muchas otras en las que tu no has sido incluido, y por las conversaciones sabes que tu no eres parte de ese círculo social. Como diría mi ex-amiga F.M. eres alguien que rompe la estética del grupo.

Es cierto que los kilos me invaden, que eso provoca cansancio y cada vez tengo menos ganas de hacer cosas. Ayer S.C. me aconsejaba que saliera, diera un paseo por la ciudad, visitara algún museo... Pensé seguir su consejo, coger la cámara de fotos y hacer uno de esos reportajes que hacía antes, pero al final me quedé en casa.

Pero esto tiene que cambiar. Por lo pronto hoy empiezo la dieta otra vez. No sé si el bueno marcarse un objetivo a corto plazo pero quiero perder cinco kilos en tres semanas, antes de irme de vacaciones. Tengo que mantener la dieta durante las dos semanas de vacaciones, a pesar de lo complicado que es esto, me conformaría con no volver a recuperar ningún kilo. Y a la vuelta seguir perdiendo peso, otros 5 kilos en dos meses.

Lo ideal sería adquirir buenos hábitos en la alimentación aunque sé que eso es muy difícil. Sobre todo cuando la comida, y en particular la comida basura, es mi válvula de escape cuando psicológicamente no estoy bien.

lunes, 1 de diciembre de 2014

El funeral

Pasaba días enteros en el hospital, cuidándole. Devolviéndole un poco de lo que él le había dado a lo largo de su vida. El desenlace era inevitable, pero siempre cuesta aceptar que ya no volverá a oír su voz, a sentir sus abrazos, a recibir sus consejos. Al menos eso me parecía a mi, acostumbrada a inventar lo que otros podían sentir.

No pude darle el pésame y un abrazo. No dejó que me acercara a él en un momento así. O tal vez solo volvía suponer que las cosas eran así. Pensé que mi presencia en el tanatorio sería un poco difícil de explicar, él no tenía la cabeza para pensar muchas cosas en aquella situación y yo no quería ser un problema.

Pasé veinticuatro horas sin tener noticias suyas y cada minuto que pasaba mi mente iba montando su propia película.

El domingo, bajo una lluvia torrencial, me acerqué al cementerio. Bajo el paraguas pasaba inadvertida, caminando lentamente hacia el tanatorio. Imaginando cómo sería el encuentro. No le ví, no hubo encuentro antes del funeral. Entré en la capilla ocupando uno de los últimos bancos y desde allí le vi entrar.

No estaba solo. No me necesitaba. Y desaparecí bajo la lluvia.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Egoísmo


A veces solo quiero ser lo primero para alguien. Lo sé, es egoísmo, pero ya me cansé de pensar siempre en los demás.

martes, 16 de septiembre de 2014

Sueño y realidad

Dicen que siempre soñamos, aunque al despertar no recordamos los sueños.

Tal vez sea mejor así. Si alguna vez he soñado con él, si slguna vez, al despertar, recuerdo un sueño en el que aparece él, es para darme de bruces con la más amarga realidad... Yo estoy fuera de su vida, de su mundo. 

Yo me quedo fuera. Como ese perro que dejan atado a una farola mientras su dueño come en el restaurante. Y allí espera a que salga un momento y le dé unas migajas.

lunes, 18 de agosto de 2014

Venecia sin mi

Hoy la tecnología no ha estado de mi parte y las redes wifi se escondían a su paso. Se que iba camino  de Venecia y no puedo evitar imaginarlo en un romántico paseo pos sus canales. Recorriendo sus estrechas calles, pasando cada puente sobre los canales, paseando en gondola bajo el puente Rialto por delante de esos magníficos palacios que nos trasladan a otra época, para terminar con un café en la plaza de San Marcos.

Que profunda emoción en Venecia... sin mí.