martes, 3 de septiembre de 2013

Odio de madrugada

Acaban de dar las cuatro en el reloj de pared que hay en la entrada de la casa y yo sigo despierta en mi cama vacía. 

Ya antes había escuchado esas sonoras campanadas a las dos y a las tres de la madrugada. Miraba una y otra vez el despertador, calculando el tiempo que quedaba para escuchar su sonido irritante de cada mañana. Creo que esta noche no voy a dormir nada. 

No dejo de preguntarme por qué a los demás les salen las cosas bien y a mi no me sale nada. Por qué puede ser feliz quien me hizo tanto daño. Mientras yo sigo hundida en un pozo. No me parece justo que la suerte acompañe más a la gente deshonesta, cruel y ambiciosa.

Solo espero que algún día la vida le devuelva todo el mal que ha hecho con unos buenos intereses. Cada día que pasa le odio más.


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