Tal vez sea mejor así. Si alguna vez he soñado con él, si slguna vez, al despertar, recuerdo un sueño en el que aparece él, es para darme de bruces con la más amarga realidad... Yo estoy fuera de su vida, de su mundo.
Yo me quedo fuera. Como ese perro que dejan atado a una farola mientras su dueño come en el restaurante. Y allí espera a que salga un momento y le dé unas migajas.
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